Conjunto Cuncumén: Geografía musical de Chile. El folklore de Chile Vol. IX (1962)

Quinto álbum del Conjunto Cuncumén, Volumen IX de la serie “El folklore de Chile” que editó el sello EMI-Odeón. Fue publicado en 1962 y en él Cuncumén realiza un viaje a través de los ritmos característicos de las distintas zonas del país, los que en su mayoría son recreados con maestría por Rolando Alarcón. El álbum además incluye las primeras composiciones de Víctor Jara.

Integraban Cuncumén al momento de esta grabación: Gabriela Yáñez, Nancy Báez, Mariela Ferreira, Lucila Tapia, Clemente Izurieta, Jaime Rojas, Rolando Alarcón y Víctor Jara.

Dice en la contraportada del LP:

Hay dos posibilidades extremas para enfrentar el folklore. Una: someterse rigurosamente a sus formas tradicionales. Otra: tomarlas sólo como un punto de partida para una recreación libre. En el primer caso se encuentran aquellos que respetan sus contenidos y sus expresiones como un mundo inamovible, permanente, incluso anquilosado, hasta muerto. Entre estos están muchos de los investigadores cuya actitud es la de una antropología de academia o museo. Entre los segundos se cuentan aquellos para quienes el folklore es un cuerpo vivo, vigente, actuante; es decir, sometido a las condiciones de cambio y desarrollo de todo lo vivo, de todo lo que obedece a las leyes de las estructuras orgánicas con un constante devenir de formas nuevas, aunque sean formas que obligatoriamente han surgido de otras anteriores, que en ellas tengan sus raíces y sus moldes más generales.

El conjunto CUNCUMEN inició sus primeros pasos como un grupo del primer tipo. Durante su relativamente corta existencia, tan exitosa, ha manifestado una tendencia cada vez más acentuada hacia una actitud opuesta. Entre la posición conservadora y la renovadora, ha preferido la segunda. Pero aclaremos: no se trata, de ningún modo, de un planteamiento revolucionario, iconoclástico. Su auténtico contacto con lo originario les impide caer en la mera originalidad. Son intérpretes vivos, y, como tales, determinan una impronta personal (aunque en este caso sea de grupo), como siempre sucede en todo intérprete o creador verdadero, una impronta que, sin embargo, no se desdice, que respeta profundamente el espíritu nutricio popular, pero que lo expresa en variantes expresamente válidas de los patrones magistrales. Esto fue claro, por ejemplo, en el recital que nos ofrecieron antes de partir en su segunda gira por Europa, en el Teatro Municipal, en compañía de esa figura máxima que es Margot Loyola. (Curiosamente también en el caso de Margot Loyola se anudan en forma muy sólida lo tradicional y lo personal, lo primero expresado en un sometimiento preciso a los cánones colectivos; lo segundo, en un nivel excepcional por su altísima calidad individual.)

Hemos dicho más arriba intérprete o creador verdadero. Lo hemos dicho porque en el grupo se dan a la vez los intérpretes y los creadores, y, en ambas posibilidades, se da en ellos el problema que hemos comentado: rigor y libertad. Así, como simples intérpretes, respetan totalmente la forma y el espíritu de un parabién como QUE BONITA ESTÁ ESA MESA, pero lo varían, enriqueciéndolo, al alternar las voces femeninas y masculinas, una modalidad que puede perfectamente ser el punto de partida de una manera que llegue a ser tradicional. Lo mismo vale para la forma canónica que han empleado para cantar la Entrada de los Cantos a la Virgen de La Tirana. Ejemplos de esta misma actitud de creadores libres a la vez que sometidos (recreadores vivos, en verdad) tenemos en la CANCIÓN DEL MINERO, de Víctor Jara, donde el autor nos brinda una forma original, pero indudablemente surgida de un fondo colectivo al cual él pertenece casi orgullosamente. En el mismo caso está Rolando Alarcón al componer POR LOS CANALES SUREÑOS, donde el punteo, el ritmo y la intervalación, aunque libres respecto a una tradición rígida, obedecen profundamente al espíritu del hombre de esa región, por una especie de simpatía esencial con su vida y el paisaje que lo rodea.

Puede discutirse la validez de nuevos cauces en el folklore, no hay duda. Pero nos parece respetable en extremo; nos parece incluso una aventura que debemos defender cuando ella está tan seriamente articulada, tan orgánicamente enraizada con la planta primitiva, como lo está en el grupo CUNCUMEN en todo momento. Quizás de una actitud así dependa el futuro si lo queremos especioso y fértil.

Que esta libertad en el rigor no determina menoscabo en la autenticidad lo demuestra la unidad de este disco, una unidad hecha en base, muy probablemente, del hecho de partir o de emplear un aspecto psicológico típico del hombre chileno. Nos referimos a su melancolía. No queremos postular, por cierto, que la melancolía sea su única característica, ni siquiera que sea la más acusada. Pero es, reconozcámoslo, muy nuestra y muy general. Ella va de Norte a Sur, de mar a cordillera, y tiñe tanto una cueca —como en ÁGUILA QUE VAS VOLANDO— como una tonada —como en PADEZCO GRAVE DOLOR—; tanto una pequeña obra maestra del canto a lo divino, como es ADIÓS MUNDO INDINO, como la canción a lo profano, que es AL PIE DE LA CRUZ DEL VALLE; tanto una expresión del Norte, como con los cantos religiosos de La Tirana, como las expresiones del Centro (ADIÓS MUNDO INDINO) o del Sur (ÁGUILA QUE VAS VOLANDO); tanto lo auténticamente folklórico (PALOMO DESMEMORIADO) como lo creado por algunos integrantes del CUNCUMEN (LOS ARENEROS o ACURRACADITA TE ESTOY MIRANDO).

Para terminar, señalemos una virtud del grupo CUNCUMEN que no todos nuestros intérpretes folklóricos tienen. Nos referimos a su habilidad, a su capacidad para adaptarse naturalmente, sin esfuerzo visible y permaneciendo a la vez sinceros y diferentes para cada caso, al espíritu de cada región, de cada zona de nuestro país; esa capacidad de compenetración simpatética de la que es ejemplo señero entre nuestros artistas la ya nombrada Margot Loyola.

El disco aquí presentado ha distribuido nuestras diferentes regiones artístico-espirituales según su ordenación geográfica. Va, así, de Norte a Sur. Esto lo coloca, a la vez que en un recital puramente musical, en un buen muestrario pedagógico, antropológico, de estudio. Esto es algo que también debemos agradecer al grupo CUNCUMEN.

CÉSAR CECCHI DIAZ

Contenido:

  1. Caliche [Calatambo Albarracín] (1:26)
  2. Cantos a la Virgen de La Tirana [Tradicional chilena. Versión de Rolando Alarcón] (3:58)
  3. Canción del minero [Víctor Jara] (2:03)
  4. Al pie de la cruz del valle [Canción tradicional recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (2:33)
  5. En Santiago está la gloria [Cueca recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (1:26)
  6. Palomo desmemoriado [Polca recogida en Elqui. Versión de Rolando Alarcón] (3:11)
  7. Adiós, adiós mundo indino [Canto a lo divino recogido en Melipilla. Versión de Rolando Alarcón] (3:01)
  8. Los areneros [Rolando Alarcón] (1:48)
  9. Palomita, verte quiero [Víctor Jara] (3:17)
  10. Águila que vas volando [Cueca punteada recogida en Traiguén. Versión de Rolando Alarcón] (1:29)
  11. Qué bonita está esa mesa [Parabién de novios recogido en Chillán. Versión de Rolando Alarcón] (1:54)
  12. Padezco grave dolor [Tonada de desengaño recogida en Ñuble. Versión de Rolando Alarcón] (3:08)
  13. Acurrucadita te estoy mirando [Víctor Jara] (2:49)
  14. Por los canales sureños [Rolando Alarcón] (1:55)
  15. Busca tu vida, mozo [Danza de Chiloé recogida de Arturo Vallega] (1:39)
  16. En la punta de un muelle [Cueca chilota. Versión de Rolando Alarcón] (1:42)

[>] Encuéntralo en:

¿Qué te ha parecido?

¿Cuántas estrellas le das?

Promedio de puntuación 4.5 / 5. Recuento de votos: 6

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que te ha gustado...

¡Síguenos en redes sociales!

Te puede interesar:

Deja un comentario