Quilapayún: Antología 1968-1992 (1998)

Antología 1968·1992, es un álbum recopilatorio del conjunto Quilapayún a través del cual la agrupación hace un recorrido por su extensa carrera discográfica —desarrollada en parte en Chile y parte en Francia—, destacando algunos de los principales hitos musicales que marcaron su trayectoria entre los años 1968 y 1992. Aun cuando mayoritariamente el álbum recoge los registros originales de las canciones (tal como aparecieron en cada uno de los discos antologados), también incluye versiones nuevas de algunos temas que fueron grabados especialmente para ser incluidos en este disco: La muralla, Plegaria a un labrador, Es el colmo que no dejen entrar a la Chabela, La batea y Malembe; además de una nueva versión de Transiente. El álbum fue publicado en Chile en un doble CD por Warner Music en 1998.

Formaban Quilapayún al momento de ser publicado este álbum: Rodolfo Parada, Patricio Wang, Hernán Gómez, Hugo Lagos, Guillermo García, Patricio Castillo y Daniel Valladares.

Dice en el interior del CD:

Lo primero es lo primero

Nunca nos habían pedido hacer una selección-antología de nuestra producción discográfica. Pero a más de 33 años de los inicios del grupo y después de más o menos 27 álbumes originales, era como lógico que en algún momento nos propusieran este ejercicio.

Compilación, muy bien dijimos, pero que no sea una como de fin de carrera. ¡Aún tenemos tanto cuento por montar!!. Con mayor razón en momentos de plena preparación de nuestro próximo disco (para fines de este año 1998). Entonces, nada de lo mejor de o de grandes éxitos. Lo mejor será siempre lo que estamos por hacer y los éxitos más grandes son los que están por venir.

Un poco para darnos el placer, un poco para revivir emociones compartidas, y un poco para subrayar la constancia de ciertas creaciones, lo primero que decidimos fue re-grabar algunas canciones faro de nuestro repertorio. Cinco. La muralla, Plegaria a un labrador, Es el colmo que no dejen entrar a la Chabela, La batea y Malembe.

Pero más allá de este impulso inicial eminentemente lúdico, el objetivo que nos dimos fue tratar de hacer la síntesis entre diferentes solicitaciones: seleccionar las canciones que más nos gustan a nosotros, aquellas que más han contribuido a nuestra notoriedad, las canciones que presumiblemente son las más interesantes para los analistas, en fin, aquellas que nos parecen retratar lo más fielmente un momento, una armonía, un deseo, un sueño. En suma, se trataba de encontrar el conjunto de canciones que mejor reflejara el sentido de nuestro camino, visto desde ahora y tomado desde nuestros comienzos.

De dónde viene el canto.

Sumergirse en las grabaciones realizadas, dejarse cubrir por los oleajes de acordes y armonías —a veces apacibles, a veces fuertes y violentos— la experiencia no deja de ser interesante. Fundamentalmente porque se resitúan las ideas que nosotros mismos tenemos respecto de lo que hemos hecho. Un día llegamos a Francia y nos dijeron: quédense con nosotros para que sigan siendo los chilenos que ustedes quieran ser… y después verán. Y todavía estamos en eso, sin poder imaginarnos los próximos años sin una zampoñaa en una mano y una baguette en la otra. Es así que continuaremos haciendo patria, es decir, música y hombre. Escuchando y buscando, confirmamos que nuestros cuatro puntos cardinales siempre se llamaron música, poesía, tierra y hombre. Sin duda, a veces más cerca del hombre que de la poesía, y otras veces más cerca de la música que de la tierra. Pero en muchas canciones se transparentó que, desde muy temprano, se estableció en nosotros la firme convicción de que lo que estaba en juego era el porvenir de nuestra identidad cultural, es decir nuestro destino de pueblo cantor, modelador de palabras y sonidos.

Es por eso quizás que nuestro testimonio nunca ha sido imparcial. Porque son la condición humana y la necesidad de la libertad para la supervivencia de nuestra cultura los valores que han estado permanentemente en el centro de nuestras preocupaciones. ¿Cómo podría haber sido de otra manera cuando somos los hijos de un país con una historia tan entreverada y movediza?

Siempre hemos vibrado con el corazón del pueblo que nos enseñó el coraje de las utopías y la necesidad de luchar para llevarlas a cabo. Y no valdría la pena que nosotros mismos orientáramos esta antología si este sentimiento fuera hoy día distinto.

Un mundo para la canción.

Por otra parte, asunto de genética cultural, muy temprano las vidas de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Violeta Parra, y más tarde Vicente Huidobro, Roberto Matta y tantos otros, comenzaron a transformarse en un ejemplo para nosotros. Y poco a poco los fuimos asumiendo, aprendiendo que ellos estaban allí para guiarnos y para demostrarnos que apostar a la conciliación entre nación y universo era una postura legítima.

Así, cuando en el año 1973 nos tuvimos que ir con nuestra música a otra parte, en cierta manera ya habíamos adquirido los derechos a la rabia y a la esperanza, a la autodefensa y a la apertura, al mestizaje cultural y a la libre pertenencia.

No nos damos cuenta si la gente lo tiene presente. El grupo se creó en 1965. En 1973 tuvo que exilarse en Francia. Y estamos en 1998 y por las razones conocidas seguimos viviendo en Francia. Aritmética elemental: el Quilapayún tiene 33 años de existencia, de los cuáles 8 años vividos en Chile y 25 en Francia. ¿Y quién podría decir que estas canciones no son fruto y fuente de chilenidad?.

No obstante, ah, la France!!… el país que acogió nuestro dolor, que nos dio ánimo y esperanzas, que nos permitió seguir cantando, creando y vituperando, en toda libertad. En estas latitudes encontramos el país que más nos ha ayudado a conocer y a re-inventar el nuestro, porque aquí se ha comprendido que la disconformidad cultural es consubstancial con la defensa de los derechos individuales y colectivos del hombre

El uno y el todo.

Ya hemos dicho muchas veces que en cierto sentido el grupo se ha escapado a nuestras individualidades, que él no es solamente el fruto de nuestras acciones personales. Nuestra prolongada vida artística así lo ha ido demostrando.

Por eso, en los momento de hacer un resumen de canciones, no podemos dejar de pensar en los poetas que nos alimentaron con sus creaciones, en los trabajadores y estudiantes de nuestro país que modelaron nuestras utopías, en todos aquellos que en algún momento de sus vidas entonaron alguna de nuestras canciones e hicieron que la idea germinal se escapara a los propios integrantes de un conjunto musical.

Sin embargo, los grupos no se hacen sin los individuos. Y todos aquellos que han transitado por el conjunto, canten o no canten en este disco, están aquí junto a nosotros. Naturalmente aquellos que, incluso antes que algunos de nosotros, ya tocaban, ya cantaban, ya aconsejaban, señalando caminos con sus creaciones, sus ideas, su energía, su humor. El primero de todos, el más emblemático de todos, Víctor Jara. Y también los otros amigos que se alejaron de la vida artística sin nunca dejar de ser lo que siempre fueron, unos inalterables quilapayunes: Julio Numhauser, Julio Carrasco, Rubén Escudero, Willy Oddó (entrañable amigo, hoy desaparecido), Eduardo Carrasco (quien fuera director artístico del conjunto por muchos años), Carlos Quezada, Ricardo Venegas.

Sólo una página.

Nuestra ambición es que a través de esta selección de canciones hayamos contribuido a ilustrar la coherencia de camino recorrido. ¿Pasar directamente de la compilación al nuevo disco y comprenderlo todo?. Nunca tanto. Quizás habrá que entrar un poco más en las ediciones originales de algunos de nuestros antiguos discos. Entonces, hasta… siempre

Quilapayún
París, junio de 1998

Canciones:

  1. Plegaria a un labrador (1969, grabación de 1998) [Víctor Jara – Patricio Castillo] (3:13)
  2. La carta (Los hambrientos piden pan) (1969) [Violeta Parra] (2:51)
  3. Los pueblos americanos (1968) [Violeta Parra] (1:42)
  4. Cueca de Joaquín Murieta (1968) [Pablo Neruda – Sergio Ortega] (1:33)
  5. La muralla (1969, grabación de 1998) [Nicolás Guillén – Quilapayún] (4:34)
  6. Comienza la vida nueva (1971) [Luis Advis] (3:39)
  7. Soy del pueblo (1971) [Carlos Puebla] (3:11)
  8. El pueblo unido jamás será vencido (1974) [Sergio Ortega] (3:33)
  9. Susurro (1975) [Rodolfo Parada] (2:48)
  10. Premonición a la muerte de Joaquín Murieta (1975) [Pablo Neruda – Eduardo Carrasco] (4:11)
  11. El plan leopardo (1975) [Anónimo – Willy Oddó] (3:35)
  12. Sonatina (1975) [Hugo Lagos] (2:50)
  13. Mi patria (1976) [Fernando Alegría – Eduardo Carrasco] (4:03)
  14. Continuará nuestra lucha (1976) [Pablo Neruda – Rodolfo Parada] (2:55)
  15. Ventolera (1976) [Eduardo Carrasco – Hugo Lagos] (2:20)
  16. La batea (3ª versión) (1971, grabación de 1998) [Rodolfo Parada – Hernán Gómez – Tony Taño] (3:58)
  17. Malembe (1975, grabación de 1998) [Quilapayún – Popular cubana] (4:18)
  18. El paso del ñandú (1976) [Rodolfo Parada] (2:13)
  19. Ronda del ausente (1979) [Fernando Alegría – Hugo Lagos] (3:12)
  20. Discurso sobre los derechos humanos del pintor Roberto Matta… (1979) [Roberto Matta – Eduardo Carrasco] (4:34)
  21. Paloma quiero contarte (1979) [Víctor Jara] (3:27)
  22. Ogueré (1980) [Popular cubana] (3:15)
  23. Canto negro (1980) [Nicolás Guillén – Eduardo Carrasco] (3:51)
  24. Dos sonetos (1983) [Pablo Neruda – Eduardo Carrasco] (5:01)
  25. Es el colmo que no dejen entrar a la Chabela (1984, grabación de 1998) [Eduardo Carrasco – Patricio Wang] (4:59)
  26. Transiente (1984, nueva versión) [Patricio Wang] (2:55)
  27. Free Nelson Mandela (1987) [Desiderio Arenas] (4:08)
  28. El niño mudo (1987) [Federico García Lorca – Patricio Wang] (4:11)
  29. Palma sola (1987) [Nicolás Guillén – Hugo Lagos] (3:57)
  30. Las mujeres de Buenos Aires (1987) [Eduardo Carrasco – Patricio Wang] (3:48)
  31. Allende (1992) [Rodolfo Parada – Orlando Jimeno-Grendi – Patricio Wang] (4:03)
  32. Otro tiempo (1992) [Rodolfo Parada] (3:10)

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