Alfredo Zitarrosa: Coplas del canto (1971)

Coplas del canto, es el octavo álbum de Alfredo Zitarrosa. Fue grabado en los Estudios Odeon de Buenos Aires, Argentina. Contó con el acompañamiento musical de Hilario Pérez, Walter de los Santos, Julio Cobelli y una orquesta dirigida por Carlos García. Fue publicado en 1971, en Uruguay por el sello Orfeo (ULP 90549) y en Argentina por Odeon (SLDB 1035).

Dice en la contraportada del LP publicado en Uruguay:

Mi gratitud a Hilario Pérez, cuya esmerada y afectuosa contribución a un trabajo difícil como lo fue preparar este long-play en dos meses, forma parte inseparable de un esfuerzo a mi juicio afortunado. Lo mismo a los otros compañeros del conjunto, Walter de los Santos y Julio Cobelli, que Hilario reunió en un trío de gran factura y quienes, más que camaradas de tarea, resultaron excelentes amigos.

Los poemas musicalizados en este disco forman parte de una selección que me aportó el señor E. Quesada. Venían sintetizados y adaptados por él. No obstante hubo necesidad de ajustar alguno de ellos a la música y eso queda bajo mi responsabilidad. Tal el caso de «El Pericón» cuya métrica fue corregida eliminando una sílaba en cada uno de los seis versos del gato. El final del poema de Juana fue modificado, asimismo, manteniéndose su pleno contenido, aunque tal vez a costa de su rara belleza; mis disculpas a la amada poetisa oriental, quien ojalá pueda encontrar en la canción algún mérito compensatorio. La última estrofa del poema de Acuña de Figueroa fue cambiada para mejor revelar su verdadero sentido, tan vigente hoy como hace un siglo: en lugar de «quien te mete», la última frase dice ahora «igual metéte». Con respecto a la obra de Alonso y Trelles, con la autorización tácita de un cantor oriental, pariente del poeta, sin resistirme a la tentación del tema, agregué doce versos y cambié la medida en algunos casos, en beneficio de la regularidad métrica y la redondez del tema, ideal para una milonga galponera. A.Z.

* * *

Poco antes de que esta grabación fuera, definitivamente, un hecho, viví un día y una noche en el refugio circunstancial que Alfredo había encontrado en Las Toscas. Fueron horas con mucho silencio entre los amigos, con infinitos sobrentendidos. En la mente del artista en cuestión, igual que en su poema inédito, «innumerables piedras permanecían hieráticas». A veces iba a pescar. Volvía huyendo de la tormenta, escuchaba mucho y comentaba poco. El disco imaginario lo torturaba, se entremezclaban proyectos con premoniciones.

En Buenos Aires, aun con el temario de la placa incompleto, fui testigo pocos días más tarde de una experiencia ajena que hice mía: la grabación He un long play donde corren parejos los riesgos del trabajo, del azar y el talento. Oí, desde una pieza contigua de hotel, los madrugones de Hilario Pérez, Walter de los Santos y Julio Cobelli, el nuevo conjunto de guitarras que, conscientes de una responsabilidad inmediata, desde el alba ya estaban templando, dialogando entre sí.

Asistí a los ensayos, esos entretelones agotadores a que el oficio obliga y, finalmente, a la primera parte de la prueba de fuego en los estudios.

Allí conocí, bien vale la mención, la personalidad insólita del técnico José Soler, un hombre lleno de «antenas», de receptividad, de humanismo. Fue él quien aplacó y centró, en un trabajo de hormiga, el ánimo y la inquietud de Alfredo Zitarrosa, él quien advirtió virtudes o errores de sonido, momentos psicológicos, evidencias de cansancio. Se debe a él, en alto porcentaje, a los arreglos de creación espontánea del maestro Carlos García, que, por primera vez, a juicio del cantor, haya sido esta una grabación absolutamente lograda.

En lo que me es personal, sin omitir el aporte musical que con poco tiempo y mucha voluntad decantaron y perfeccionaron los guitarristas, no estoy autorizado a otro juicio que no sea el de decir lo que siento. Nada agregaría con frases admirativas al cantor. Inaugurador de un estilo, Zitarrosa logró sin proponérselo el más difícil y ambicionado rasgo: cantar a la oriental, ser la voz timbrada, generosa en color puro y agreste, representativa de su tierra. Cante lo que cante, esa voz está enraizada, por naturaleza y sin remedio, en nuestra breve, amada geografía.

Con relación a los temas del disco, diré que vi nacer a muchos de ellos, vi el llanto por Juanita, la canarita muerta en diciembre, bajar de los ojos de su dueño, llanto que se repitió al componerle su adiós, al grabarlo. Conocí la «Mariposa Negra» clavada un año, inmóvil en su piedra. Opiné (audacia mediante) sobre todas y cada una de las canciones que han formado esta placa, junto al oído de mi amigo.

Si debo opinar ahora, obligado por las circunstancias, prefiero el juicio del pueblo, opinión única y perdurable. Sólo cabría acotar posibles coincidencias: la vigencia asombrosa de las letras de Bartolomé Hidalgo, Acuña de Figueroa, CarlosRoxio y José Alonso y Trelles (El Viejo Pancho) musicalizadas por Zitarrosa, el milagro del encuentro entre letra y música del poema de Juana de Ibarbourou, los valores de la canción epónima del disco terminada casi sobre la hora de grabar.

También —pese a sus errores de interpretación histórica— merece especial atención «Milonga de las Patriadas», vigorosa protesta en la voz de Alfredo. En broma y en serio, lo reté a que superara una excelente y ajena versión anterior. Los resultados hablan por mí.

Más, bastante más habría para decir. Obvias limitaciones lo impiden. Es tiempo de callar aunque señalo, reiterándome y no sin sorprenderme, la evolución meteórica del artista, el advenimiento indudable de su apogeo.

Enrique Estrázulas

Canciones:

  1. Coplas del canto [Alfredo Zitarrosa] (4:55)
  2. De la lucha [José Alonso y Trelles – Alfredo Zitarrosa] (2:47)
  3. Dulce Juanita [Alfredo Zitarrosa] (3:26)
  4. El pericón [Carlos Roxlo – Alfredo Zitarrosa] (3:02)
  5. Canción del árbol del olvido (El árbol del olvido) [Fernán Silva Valdés – Alberto Ginastera] (2:06)
  6. Señorita Erre [Alfredo Zitarrosa] (2:16)
  7. Coplas de baguala [Popular argentina] (4:01)
  8. La ley es tela de araña [Bartolomé Hidalgo – Alfredo Zitarrosa] (2:45)
  9. Juan Copete [Francisco Acuña de Figueroa – Alfredo Zitarrosa] (2:42)
  10. La cuna [Juana de Ibarbourou – Alfredo Zitarrosa] (2:50)
  11. Qué debo hacer [Alfredo Zitarrosa] (3:10)
  12. Mariposa negra [Alfredo Zitarrosa] (2:13)
  13. Milonga de las Patriadas [Washington Benavides – Héctor Numa Moraes] (3:09)

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2 comentarios en «Alfredo Zitarrosa: Coplas del canto (1971)»

  1. Muy interesante, cuánta historia del cantar tan sentido de Donzita.
    Lo escucho hace 50 años.
    Y siempre me sacude las hojas del patio, cuando lo escucho.

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