Angel Parra: Angel Parra y su guitarra (1965)

Primer disco larga duración grabado por Ángel Parra como solista, en los inicios del sello Demon, bajo el número LPD-07. También es conocido como “Angel Parra Vol. 1”, o simplemente “Ángel Parra”.

Contiene sólo dos temas de autoría de Ángel: “Del norte vengo, Maruca” y “El Pueblo” (10 y 12). El resto son canciones populares chilenas (1, 3, 6, 8 y 11), la mayoría de ellas recopiladas por Violeta Parra en su viajes por Chile; dos temas de Violeta (2 y 4); un tema cuya letra fue recopilada por Violeta en el pueblo de La Tirana al que ella puso música (7); un tema de coautoría entre Violeta y Nicanor Parra (9); y cuatro cuecas de Roberto Parra que están interpretadas en pares (5 y 13).

Dice en la contraportada del LP:

Lo recuerdo caminando en calcetines por entre las cámaras y cables en los comienzos del canal 9 de TV. Era coordinador, ayudante de dirección y a veces actuaba…

Después supe que había viajado a Montevideo donde llegaría a dirigir algunos programas de televisión.

A su regreso me pasó a saludar. Yo era entonces director del sello “Vivart” y le propuse hacer un “extended play” con canciones chilenas. Lo hicimos y fue bien recibido pero entonces no había el interés que hoy existe por las canciones nuestras.

Cuando dejé “Vivart” se vino conmigo a “Demon”, sello de discos que entonces era solo un sueño que se realizaba lentamente. Empezamos a hacer un álbum con zambas… a la segunda zamba desapareció: ¡había partido hacia Helsinki!

La ausencia se alargó. En dos años recorrió Europa y se hizo un nombre en París… Junto a Chabela eran “los Parra de Chili”…

Y un día… en el otoño de este año, entró ala auditorio de radio Corporación nos estrechamos en un abrazo y, prosiguiendo una conversación interrumpida por meses y meses, fijamos fecha para grabar este álbum.

En lugar de zambas: canciones chilenas… en lugar del muchacho que se fue a Helsinki… un adulto de 20 años de edad, artista maduro que nos emocionó con la primera canción que le escuchamos y que nos hizo sonreír con las cuecas de su tío Roberto, y pensar con otras…

Una noche de agosto — días atrás — cenábamos con Violeta e Isabel. Les hice escuchar la cinta de este álbum… hubo momentos en que la emoción materna se humedeció en los ojos… Es que había surgido del capullo: un legítimo heredero de los Parra… Un Parra del cual podían estar orgullosos Nicanor y Roberto… Isabel… y la madre que no pudo trazarle mejor destino.

Camilo Fernández