Aunque ya lleva su tiempo en la red, esta es una joyita que conocí hace poco, por casualidad. Se trata de un “videoclip” de 1972, con la canción Arriba en la Cordillera de Patricio Manns, dirigido por Hugo Arévalo. En él, se puede ver a un Manns bastante joven, montado a caballo y con un grupo de arrieros en la Cordillera de Los Andes.
Buscando más información, me encontré con los siguientes datos que aporta la página VCCL.cl:
Esta es la canción que lanzó a Patricio Manns a la fama en 1965, y uno de los grandes clásicos de la música popular chilena. Es una historia que Manns recogió en un viaje que hizo a la zona cordillera de la región del Bío Bío, que él narró en primera persona y que fue un hito en su momento, y que hasta hoy cuenta con decenas de versiones dentro y fuera de Chile.
Manns y Hugo Arévalo se conocían desde su juventud en Concepción, y eran entonces cercanos amigos. La realización de esta “canción filmada” (los videoclips que el director realizaba para el programa de Canal 13 Chiletcétera) se hizo en ese contexto: En octubre de 1972 – a partir de conversaciones previas- partieron a buscar arrieros a la zona de Farellones para ilustrar esa canción. En el paisaje cordillerano primaveral, sin nieve, Patricio Manns se subió a un caballo, vistió un poncho que le prestó el realizador y “actuó” como un arriero.
“Él había hecho esta misma historia, este mismo tramo. El sólo cuenta su experiencia real, lo que vivió”, explica Arévalo. El argumento (como en todas las “canciones filmadas”) es sencillo: Se ve pasar un día, hasta que llega la tarde. Los arrieros descansan, con Patricio Manns entre ellos, y luego parten a buscar pastos para su ganado.
Dn Patricio Manns es y será mi ídolo, tuve la oportunidad de conocerlo en un evento en la localidad de Pocuro, comuna de Calle Larga, ciudad de Los Andes, donde celebro los 50 años de la canción «Arriba en la Cordillera», donde tuve la oportunidad que me autografiara un cassette y un CD. También, participe en un coctel en su honor, donde pude cruzar un par de palabras y sacarme una fotografía junto a el, me siento tan orgulloso de haber tenido la oportunidad de estrechar su mano y tomar un vaso de vino con el.
Nos dejo un tremendo legado depende de nosotros mantenerlo vivo en nuestros corazones.